Seranco y el suelo cementado

Cuando se acomete cualquier infraestructura sobre terrenos que no cumplen las características óptimas para su utilización, hemos de valorar si es factible su estabilización antes de proceder a su retirada a vertedero.

La sensibilización medioambiental, que se está extendiendo a una multitud de actividades, también está presente en el sector de la construcción. Si un terreno no es válido, se estudia el reciclaje del mismo para que no llegue a ser un sobrante y sea tratado como residuo. Para una correcta gestión medioambiental debemos tener presente la máxima de las tres “erres”: Reducir, Reutilizar, Reciclar.

Estabilización del terreno natural por adición de cemento

Una técnica comúnmente utilizada es la estabilización del terreno natural por adición de cemento. No olvidemos que el cemento proporciona una cohesión permanente, poco influida por la humedad, que aumenta la resistencia mecánica a la deformación bajo las cargas de tráfico, pero que también produce reacciones físico-químicas con las partículas finas o polvo mineral del terreno.

Calcular la dosificación adecuada 

El primer paso es el cálculo de la dosificación adecuada (cemento por volumen de terreno a tratar) que se realiza en un laboratorio. Estos ensayos requieren la fabricación de probetas de suelo-cemento con distintos porcentajes de cada material y su posterior curado y rotura en prensas hidráulicas que nos darán el valor de su resistencia a la compresión.  Una vez calculada la dosificación óptima se procede a su puesta en obra. Esta mezcla se puede realizar en una planta o “in situ” y en ambos casos se deben reproducir las condiciones de laboratorio de la forma más fiel posible.

Adición del cemento con el terreno

En el caso de la puesta en obra del suelo estabilizado “in situ”, la adición del cemento se realiza desde el contenedor de una máquina que circula a tal velocidad que reparte el material en su justa cantidad sobre la superficie del terreno. Para unir este cemento superficial con el terreno y formar una mezcla homogénea, se utiliza maquinaria tipo “pata de cabra” o similar, que al hundir y girar sus dientes en el terreno permite la mezcla de los componentes.

Los riegos posteriores son necesarios para el fraguado del cemento y la adquisición de las propiedades deseadas. El cemento es, sin duda, un elemento fundamental para transformar un material en otro con las características solicitadas.

En la imagen se observa la primera máquina que reparte el cemento y la segunda que realiza la mezcla. Al pasar esta última máquina, el color gris del cemento ya no es apreciable, ya forma parte del terreno debido a la acción mecánica.