
El Control de Calidad en la construcción, se ha convertido en uno de los procesos de mayor importancia dentro de la cadena de valor de las empresas constructoras, y en ventaja competitiva de unas respecto de otras. El conjunto de procedimientos que lo integran regulan toda la estructura de procesos, desde el proyecto hasta el producto final que es la obra acabada, con el objetivo de que dicha obra cumpla rigurosamente con las especificaciones de diseño.
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Tres aspectos relevantes en el control de calidad de las obras
El Control de Calidad en el Proyecto (planteamiento, planos, cálculos…etc), en los Materiales (ensayos de laboratorio, fichas técnicas, comprobación visual del estado del material o sus características al recibirlo, …etc) y en la propia Ejecución (inspecciones regulares según se van desarrollando las fases de la obra, verificación de que lo ejecutado se hace según los planos…etc).
Con el fin de realizar este seguimiento, aquellas empresas que cuentan con un Certificado del Sistema de Gestión de la Calidad, (sello de empresa registrada como tal) tienen implementada una eficaz metodología para la realización de un correcto planteamiento del control de calidad, basada en la elaboración de Planes de Control de Calidad.
Estos se establecen en base a las actividades necesarias a llevar a cabo en una obra y determinan su forma de realización, están además adecuados a cada tipología de obra, siendo un documento vivo que evoluciona según las distintas fases de cada obra en particular.
Plan de calidad y su grado de complejidad
En el Plan de Calidad se controlan, mediante un programa de puntos de inspección, actividades que van desde la comprobación de la profundidad de las zanjas para alojar, por ejemplo, los tubos de saneamiento, hasta las pruebas de funcionamiento de los equipos de calefacción instalados. Dependiendo del grado de complejidad de la obra, además de esta inspección y vigilancia, hay que requerir los servicios de laboratorios homologados que permitan realizar las comprobaciones técnicas adecuadas.
Así pues, la calidad hoy en día es la característica fundamental que nos permite comparar y diferenciar un producto o servicio final de otro, y su mejora y perfeccionamiento el seguro de satisfacción de nuestro cliente final. De esta forma el correcto control de la misma se convierte en un instrumento esencial en el funcionamiento de una empresa constructora.