
Las energías utilizadas de forma convencional han sido las que proceden de fuentes no renovables, como las debidas a combustibles fósiles. Este tipo de fuente se agota, y tal vez sea necesario disponer de millones de años de evolución similar a la que hemos tenido, para volver a contar con ella. Con todo ello, y con el objetivo de ir minimizando la producción de energía procedente de estas fuentes no renovables, el Código Técnico de la Edificación fija unos mínimos de producción de energía debida a la energía solar.
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Implantación de paneles solares en la construcción de edificios.
El proceso se resume en recoger la energía del sol a través de paneles solares y convertirla en calor o energía eléctrica. Se puede obtener agua caliente para consumo, dotar de calefacción a los edificios, e incluso conseguir refrigeración en las épocas cálidas.
Los nuevos edificios en los que haya previsión de agua caliente sanitaria, deben incorporar un sistema de captación, almacenaje y utilización de energía solar de baja temperatura, adecuada a la radiación solar global de su ubicación. No es lo mismo situar un nuevo edificio en una zona de alta montaña, con menos incidencia de radiación solar, que en zonas de menor cota o de latitud tal que reciba dichos rayos de forma más directa.
Otro de los parámetros que se tienen en cuenta para fijar estos mínimos es la demanda total del agua caliente del edificio a construir. Las administraciones competentes, ya sean autonómicas o locales, pueden aumentar estos mínimos en aras de contribuir a la sostenibilidad y atender las características propias de su ámbito territorial.
Contribuciones del Consejo Técnico de Edificación
Otra de las contribuciones del C.T.E. en este sentido, es la regulación de la incorporación de sistemas fotovoltaicos de captación y transformación de la energía solar en energía eléctrica. La diferencia con el anterior es que en este caso la energía es eléctrica, no térmica.
Todas estas innovaciones tecnológicas se adaptan en cada caso para sacar el máximo rendimiento posible de la energía que recibimos del sol. Una importante ventaja de la energía solar es que permite la generación de energía en el mismo lugar de consumo mediante la integración arquitectónica. Lo vemos en las cubiertas de los edificios, como en la foto adjunta, y con ello reducimos casi por completo las pérdidas relacionadas con el transporte de energía, como puede ocurrir con la energía hidráulica, eólica…etc.
Se considera que el Sol abastecerá estas fuentes de energía durante los próximos cuatro mil millones de años. Hay que aprovechar lo que la naturaleza nos regala y que, por fortuna, disponemos en nuestra comunidad.